Luis Fernando Bolaños Flores[2]
Resumen
El presente artículo busca responder a una inquietud contextual, ¿estaríamos volviendo a repetir nuestra historia?, esto en torno a la situación de crisis económica por la cual pasa Bolivia, la cual dentro de la opinión popular llega a ser comparada con la crisis de 1985, y el liderazgo en encuestas de una derecha tradicional que logró quitarle hegemonía al partido de gobierno. Se centra en analizar ambas crisis, tanto la de 1985 como la actual para indagar en similitudes y posteriormente ver las propuestas de esos “partidos” de derecha que plantean soluciones de carácter liberal económico para la reciente “crisis”.
Palabras clave: Crisis, liberalismo, Elecciones, reforma económica
Introducción
Será que es correcto el comparar la crisis del 85 con la reciente crisis, o es que nos vamos dirigiendo a esos días oscuros, son preguntas que se plantean en este artículo, con la intención de prever aquello que pasará en Bolivia en los próximos meses, y que hacer frente a dicha situación. Por ello es importante analizar aquello que sucedió en la década de los 80, con cifras que ningún país reflejaba entorno a las crisis de inflación y nuestra actual situación, que, si bien es de afectación a la población, no debemos dejar de lado las cifras que presenta, y los más importante, ver el contenido de las propuestas de los frentes, al menos los de derecha, que “aparentemente” buscan un retorno a un sistema económico de característica liberal. Siendo en las conclusiones donde justamente se buscará responder a las preguntas planteadas en un inicio.
Recordemos un poco de historia
En la larga historia de nuestra nación, se vivió uno de los episodios más devastadores, económicamente hablando, Bolivia, quien transitaba los años 1980 a 1985, pasó por una de las crisis económicas más terribles de la región, solo para ver, los principales datos macroeconómicos registrados entre esas fechas evolucionaron de la siguiente manera; en tema de inflación se registró datos del 123% para 1982, cifra que incrementa hasta 8.767% para 1985, la moneda nacional registraría una devaluación del más de 100000% siendo que cada peso boliviano equivaldría a 1.149.354 por dólar, las exportaciones sufrían una caída global del 35% y el crecimiento del PIB registraría una cifra negativa para 1985 de -0.97 (INE y Banco Nacional,2005). Sumado a la crisis política de la UDP que no podía gobernar no solo debido al paro social convocado por la COB sino por la falta de gobernabilidad presentada en la asamblea nacional, situación que derivó en los años más oscuros de nuestra nación.
Tal situación sería plasmada en la historia a través de las palabras del presidente Víctor Paz Estensoro “Bolivia se nos muere”, esto tras las elecciones adelantadas de 1985, estas palabras vendrían acompañadas por una de las reformas económicas más contundentes de nuestra nación, plasmadas en el famoso decreto 21060, un decreto que suponía el fin el modelo estatista de la revolución del 52, y el inicio de un liberalismo económico, basado en la devaluación monetaria, reducción de aranceles, abolición del proteccionismo, libre salida de utilidades, eliminación de subsidios, reforma tributaria, congelamiento de salarios, cierre de empresas estatales, y por supuesto la vinculación con organizaciones económicas mundiales, que en este caso serían el FMI y el BM, mismas instituciones que moldearían muchas de estas medidas de shock con el fin de, no solo evitar el desastre boliviano sino de incrustar a Bolivia en esta ola neoliberal de la cual muchos países de la región empezarían a depender en este siglo.
Estas medidas dieron el batacazo que necesitaba Bolivia para apelar su situación; la inflación bajó del 8.767% en 1985 al 65.99% para 1986 y al 16% para 1989, el peso boliviano que equivalía a 1.149.354 por dólar, tras la eliminación del peso y el establecimiento del boliviano, llegó a 2.09 bolivianos por dólar para 1987, variando en niveles sostenibles debido al establecimiento del bolsín, las exportaciones verían los resultados de incremento hasta 1989 con un valor de 822 millones de $us y el PIB pasaría de -0.97 en 1985 a 2.60 en 1987 (INE y Banco Nacional, 2005). Sin duda estas cifras serían el resultado de las reformas liberales de la época, pero a pesar de ser un beneficio para el Estado, serían el germen para el coste humano y social más grande de nuestro país, siendo, no solo en Bolivia, sino en muchos países que adoptaron el neoliberalismo como su modelo económico, el inicio de la ampliación de la brecha social entre las clases sociales en tema de ingresos económicos y, al menos en Bolivia, el germen del surgimiento de grupos sociales hasta la fecha recluida del aparato político, que se vería al finalizar el siglo XX.
¿Misma situación?
Ahora bien, es importante analizar la situación actual de Bolivia en estas últimas fechas, debido a la crisis por la que atravesamos, no podemos caer en la opinión popular que muchas personas han registrado en relación a que nos vamos acercando a la ya desarrollada crisis de 1985, pues los datos no llegan a reflejar una similitud y el entorno social y político de ambas a situaciones no son iguales, pues recordemos que para 1985, el gobierno venía de una serie larga de dictaduras militares que relegaron el juego democrático, mismo juego que a pesar de las inexactitudes registradas actualmente, no llegan a compararse con las década de los 80.
Para poder entender la crisis que registramos ahora, es importante ver el desarrollo que se tiene desde 2015, fecha en la cual se empiezan a registrar las primeras caídas tras la bonanza del gas, cifras que se vieron afectadas por la pandemia mundial del COVID en 2020, situación que registraría una recesión en el economía mundial, sólo a partir del 2021, año en el cual se levantan muchas de las restricciones de sanidad, se empezaría a ver las cifras que nos permiten ver la situación en la que estamos; en cifras presentadas por el banco mundial[3], Bolivia registra una inflación del 5.1% anual en 2024, a comparación del 0.7% presentado en 2021, el crecimiento del PIB registra una caída del 5%, siendo el 2021 del 6.1% anual a 1.4% para 2024, la fundación milenio en su último informe económico señala el descenso de las exportaciones en un 21% para 2023, esto en comparación al 2022, y para el primer trimestre del 2024 decayeron en un 8% más, esto sitúa la balanza comercial con un déficit de 456.1 millones de $us, la deuda pública ascendió 5.436 millones de $us para el 2023, llegando al stock total de 36.296 millones de $us, lo que equivaldría al 81% del PIB, estas cifras han llevado a la devaluación monetaria en el mercado paralelo, que empezó su declinación a inicios del 2025, siendo el mes de mayo, el mes que registraría el nivel más alto de devaluó, 20 bs por dólar, a pesar de presentar valores más bajos a la fecha de elaboración de este artículo, todas estas situaciones llevaron a una escasez y aumento en la demanda de mercado local, siendo los combustibles tradicionales (gas, Diesel, gasolina) y artículos de consumo familiar los más afectados.
A la situación económica se suma, los conflictos sociales que se registraron en los meses finales de 2024 y los recientes meses de 2025, conflictos que se resumen en los paros y bloqueos por parte de los seguidores del expresidente Evo Morales, quienes paralizaron las carreteras y afectaron a la economía en protesta por la inhabilitación de su líder Morales, y finalmente las pequeñas escaramuzas presentadas en la asamblea legislativa, esto en torno al tema de desembolso de los créditos internacionales que permitirían paliar la situación actual del gobierno.
Si bien parece que la situación es mala, llegar a compararla con lo visto en 1985, sería demasiado, de igual modo toda crisis económica es mala en sí, y eso se refleja en la población, pero esta situación ha llevado a que las siguientes elecciones en agosto del 2025, sean quizás las más cruciales, no solo por el contexto ya visto, sino porque ponen sobre la mesa, el cambio del modelo económico, nuevamente, pero con matices diferentes a la de 1985.
Y qué dicen las propuestas…
Ahora bien, se señalaba la importancia de las elecciones de agosto, tanto por el contexto como por la situación económica, siendo los primeros vistazos a las recientes encuestas, pues permiten ver una foto previa del escenario político que no se lo vio en los últimos 20 años, una oposición catalogada de derecha, liderando los primero lugares y una izquierda reducida, siendo solo Andrónico único representante en el podio, pues incluso el partido de gobierno registra números nunca vistos por debajo del 3%, las que plantearon en el autor la pregunta de; ¿estaremos repitiendo la historia nuevamente? Para ello he querido ver las propuestas en las que se basan el cambio del modelo económico y compararlas con las medidas impuestas en la 21060.
Gracias al trabajo de propuestas en foco[4], que recopiló las propuestas a través de fichas de análisis, podemos ver como los primeros partidos que encabezan las encuestas plantean la reforma económica frente a la crisis ya vista:
La alianza UNIDAD cuyo candidato es el empresario Samuel Doria Medina, propone dentro de su proyecto, una reforma parcial del sistema económico, basado en el control, mejoramiento y reducción del Estado y sus instituciones, controlar el déficit público, reforma parcial al sistema tributario, sin más variación que el impuesto a las transacciones (IT), la facilitación, en tema burocrático, a las exportaciones agrícola. Un modelo más abierto a la inversión privada que defienda dicha inversión en suelo nacional a través de la garantía jurídica.
Por su parte la alianza LIBRE de Jorge “Tuto” Quiroga, más abierta a un liberalismo más radical, propone una apertura de mercado con bloques internacionales más estables, reducción del estado y sus instituciones más deficientes, una reforma parcial al sistema tributario que beneficie a los agroindustriales y la inversión privada, restauración del bolsín, quizás la única medida tomada del 21060, la solicitud de desembolsos con el FMI y el BM, que permitan readecuar la deuda y permitir sostener el sistema bancario y la focalización del subsidio a los combustibles, siendo el sector del transporte más beneficiada.
La Alianza Popular (AP) de Andrónico, único representante de la izquierda popular, dentro de su modelo económico, si bien plantea una política de austeridad como el resto, dentro de sus propuestas muchas aún se basan en el modelo actual de economía, siendo lo diferente la implementación de medidas paliativas que eviten el avance de la crisis, se fe radica en la exportación y el mejoramiento de empresas estratégicas para el Estado.
Y finalmente la alianza SUMATE, del capitán Manfred Reyes Villa, quien comparte con todos los demás, el tema de reducir el Estado, es decir atacar el déficit fiscal, aplicar un modelo que permita la inversión privada, reformas parciales del sistema tributario, basada en la reducción de IVA, IUE, IT, siendo quizás lo más novedoso la eliminación al impuesto a las grandes riquezas y la eliminación parcial de la subvención a los combustibles.
Consideraciones analíticas
Todas estas medidas vistas, al menos de los cuatro primeros partidos que encabezan las encuestas, no buscan una reforma estructural al modelo económico en sí, sino que se basan en medidas, si bien de torno liberal económico, que frenen la crisis y que permitan, a mi parecer, la continuidad de lo que se empezó en 1985 con el DS 21060, esto debido a un simple análisis, pues pese a que los gobiernos liberales decayeron en 2005, con la elección de Evo Morales, pese a constantemente mencionar el fin de dicho decreto, muchas de sus medidas se mantuvieron aún el gobierno del MAS. No viviremos lo mismo que en 1985, que fue el fin de un estado como lo fue el de la revolución del 52, solo presenciaremos, al parecer, el retorno de una derecha estancada en el tiempo.
Conclusiones
Entendido la situación actual de la economía boliviana, así como la pasada crisis de 1985, y viendo las propuestas podemos concluir:
Si bien la crisis de 1985 y la reciente crisis actual, no llegan a compararse por márgenes notorios no solo en datos sino en contextos, hace que decir que pasaremos por lo mismo sea algo no concluyente, eso sí, crisis es crisis y atañe a la población, por lo cual se deben tomar medidas que permitan que el daño se propague.
Es evidente que el D.S. 21060 de 1985, es y ha sido una tesis de cómo salir de una de las crisis más terribles a nivel regional, y que su base en si fue modificar el sistema estructural de la economía, marcando el final de una etapa como lo fue el estado del 52, siendo – pese a lo criticado por muchos sectores de izquierda aun el mismo gobierno del MAS – vigente incluso un modelo continuado tras la caída de los gobiernos neoliberales en 2005, por esa misma razón decir que viviremos un retorno a políticas neoliberales es erróneo, pues como vimos en las propuestas, ninguno plantea una reforma como lo fue en 1985, solo se centran en reducir el Estado en su papel de productor e incentivar la inversión privada, entendiendo esto como medidas centradas en el liberalismo económico como contraofensiva a la crisis actual.
Bibliografía
Carlos Luis, Espinoza Gabriel, Gumucio Jorge (2024). Informe de Milenio sobre la economía de Bolivia. Fundación milenio, disponible en: https://fundacion-milenio.org/informe-de-milenio-sobre-la-economia-de-bolivia-2024-n-46
D. Mesa Carlos, José de Mesa, Gisbert Teresa. (2012). Historia de Bolivia. Editorial Gisbert y CIA S.A. La Paz
Fernández Roberto (2004). FMI, Banco Mundial y Estado Neocolonial, poder supranacional en Bolivia. Plural Editores
[1] Este texto representa una reflexión personal del autor. Las ideas, argumentos y conclusiones aquí expuestos no comprometen la postura de “Propuestas en foco” ni a ninguna entidad u organización vinculada.
[2] Politólogo, graduado de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).
[3] Datos obtenidos de Grupo Banco Mundial, disponible en: https://datos.bancomundial.org/pais/bolivia
[4] Fichas de sistematización de los partidos políticos y sus propuestas para las elecciones 2025, disponible en: https://enfoco.statlygo.com/propuestas-por-frente-politico