Elvis Fabian Quispe Mancilla ²
Resumen
El artículo compara la situación de Bolivia entre el pasado y la actualidad. En 1985, Bolivia se encontraba en una situación de crisis económica y política, con una hiperinflación que alcanzó niveles récord y una economía en recesión. En contraste, en 2025, Bolivia enfrenta nuevos desafíos y oportunidades en un contexto político y económico diferente. A pesar de las diferencias, existen similitudes en la búsqueda de soluciones para abordar los problemas económicos y sociales del país.
Este artículo explora las similitudes y diferencias entre la situación de Bolivia en 1985 y 2025, y analiza las posibles implicaciones para el futuro del país. En 1985, Bolivia implementó políticas neoliberales para superar la crisis económica. Luego, el país tuvo un periodo estatista bajo gobiernos como el de Evo Morales. En 2025, Bolivia muestra tendencias hacia un retorno al neoliberalismo. Todo esto refleja los ciclos políticos y desafíos futuros para nuestro país.
Palabras clave:
Estado, neoliberalismo, institucionalidad, hiperinflación.
Introducción
Bolivia, un país con una rica historia de cambios políticos y económicos desde 1952, ha experimentado transformaciones significativas en su estructura estatal y políticas económicas el gobierno de Hernán Siles Zuazo enfrentó más de mil huelgas en tres años y una hiperinflación que escaló del 123% al 8767%, convirtiendo a Bolivia como uno de los países con mayor hiperinflación del siglo XX.
El punto crítico llegó en marzo de 1985 cuando 12 mil mineros ocuparon la sede de gobierno
por una semana, evidenciando el nivel de descontrol institucional.
Este episodio demostró cómo la crisis económica pudo comprometer la gobernabilidad en
una democracia emergente. Bolivia estaba inmersa en una profunda crisis económica, como
contexto durante las décadas de 1970 y principios de 1980, Bolivia experimentó un modelo
económico basado en el endeudamiento externo, el estatismo y el control de precios.
Gobiernos militares como el de Hugo Banzer (1971–1978) aplicaron políticas populistas
financiadas con créditos internacionales y con los ingresos del auge temporal del estaño y del
petróleo.A inicios de los 80, Bolivia vivió una etapa de transición democrática con gobiernos
frágiles.
En 1982 asumió el poder Hernán Siles Zuazo (Unidad Democrática y Popular, UDP), en un
contexto de crisis y sin capacidad para controlar la economía. En agosto de 1985, asumió la
presidencia Víctor Paz Estenssoro (del MNR), quien aplicó el Decreto Supremo 21060, base
de la Nueva Política Económica, inspirada en las recetas neoliberales del FMI.
Esto llevó a la implementación de políticas neoliberales bajo el Decreto Supremo 21060 en el
gobierno de Victor Paz Estenssoro, conocido como la «Nueva Política Económica» (NPE).
Esta medida, impulsada por el gobierno buscaba estabilizar la economía, controlar la
hiperinflación y promover la liberalización económica. La organización del aparato estatal en
1985 se caracterizaba por una marcada centralización y una fuerte influencia de las
instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco
Mundial generando una dependencia hacia países extranjeros.
Desarrollo
Bolivia ha experimentado un cambio significativo en su panorama político en los últimos años, marcado por una creciente tensión entre el presidente Luis Arce y el ex presidente Evo Morales, ambos miembros del Movimiento al Socialismo (MAS). Este partido, fundado en 1997 para representar a la clase trabajadora, campesinos e indígenas, ha sido una fuerza dominante en la política boliviana desde 2005. Sin embargo, la relación entre Arce y Morales se ha deteriorado, lo que ha llevado a una división dentro del partido y a una posible pérdida de influencia de de ideales socialistas.
En contraste, Bolivia en 2025 presenta un panorama complejo. A lo largo de las últimas
décadas, el país ha experimentado un giro hacia políticas más estatistas y nacionalistas bajo
gobiernos como el de Evo Morales, quien impulsó la nacionalización de sectores estratégicos
como los hidrocarburos y la minería.
Desde la caída de los precios internacionales del gas y los minerales en 2014, Bolivia ha
venido enfrentando una desaceleración progresiva una década de desequilibrios acumulados
en un modelo económico extractivista, fiscalmente insostenible, y poco diversificado. La
escasez de dólares, el déficit fiscal, la caída de la producción de gas y la falta de reservas son
síntomas de una transición forzada hacia un nuevo modelo económico aún incierto.
Sin embargo, en años recientes se nota el agotamiento y cansancio de la gente por este
fracasado modelo económico, especialmente es este último periodo electoral donde vemos a
candidatos tradicionales de hablar de políticas neoliberales y de la reducción del tamaño del
Estado, reflejadas en intentos de atraer inversión extranjera y promover la economía de
mercado.
Bolivia tras su fracaso económico en estas próximas elecciones buscará diversificar su
economía y avanzar en la industrialización de recursos naturales, aunque persisten obstáculos
como la falta de infraestructura y la dependencia a créditos. La organización del aparato
estatal en 2025 muestra una estructura más descentralizada y participativa, aunque con
desafíos significativos en términos de eficiencia y transparencia.
Aunque el aparato estatal en Bolivia ha avanzado en términos de descentralización normativa
y apertura participativa, la eficacia del modelo está limitada por la Bolivia del pasado:
la dependencia del nivel central, la debilidad institucional en gobiernos subnacionales,
la corrupción persistente y la falta de articulación entre niveles de gobierno.
Bolivia llevó consigo de las peores crisis económicas de su historia en 1985, con una hiperinflación que alcanzó niveles récord y una economía en recesión. El gobierno de entonces implementó medidas de ajuste estructural y liberalización económica para abordar la crisis. La situación política también era tensa, con un clima de inestabilidad y conflicto social.
Bolivia enfrenta nuevos desafíos económicos, políticos y sociales, la búsqueda de un modelo de desarrollo sostenible y equitativo con cambios significativos en su estructura económica y política en las últimas décadas, incluyendo la nacionalización de sectores clave como los hidrocarburos, persisten desafíos como la pobreza, la desigualdad y la falta de diversificación económica.
Por eso, en 2025, la Bolivia del futuro se presenta como una promesa incompleta, tensionada
por un modelo económico en crisis y una administración pública que aún debe resolver sus
brechas de eficiencia y transparencia.
Consideraciones analíticas
El panorama electoral refleja claramente una nueva inclinación hacia la vuelta de políticas
neoliberales, el modelo económico que se promueve por los candidatos que aspiran a la
presidencia son sin duda cambios parciales o en algunos casos radicales a la estructura del
Estado, esto implica una reducción del Estado significativamente tras la caída en la
producción de gas, Déficit fiscal crónico, crisis en el sistema financiero tras años de
despilfarro y actualmente con la escasez de dólares.
El posible retorno de políticas neoliberales en Bolivia podría reflejar un cansancio de la gente con las políticas socialistas implementadas en los últimos años. Descontento económico, percepción de ineficiencia y búsqueda de cambio asi tambien la influencia de opinión pública y factores externos. La gente busca soluciones eficientes y efectivas con una mirada posible de apertura hacia políticas neoliberales.
Conclusiones
Con base en lo expuesto en el presente escrito, se presentan las siguientes conclusiones centrales:
•La comparación entre la Bolivia de 1985 y la de 2025 en relación con las políticas
económicas, la organización estatal en 2025 revela un desfase entre el modelo autonómico
descentralizado y la práctica centralista de gestión económica. Esto impide una planificación
territorial coherente y reduce la posibilidad de que las regiones diseñen políticas económicas
acordes a sus realidades.
•La seguridad jurídica se ha convertido en un elemento central del debate político e
institucional en Bolivia. Esto ocurre en un momento en que la confianza en el sistema
electoral y en las instituciones del Estado de derecho está seriamente erosionada, debido a
antecedentes recientes de inestabilidad electoral, judicialización de la política y percepciones
de parcialidad institucional.
Mientras que en 1985 el neoliberalismo fue visto como la solución a la crisis económica, en
2025 la respuesta parece ser nuevamente hacia políticas que promueven la reducción estatal,
aunque con un riesgo latente de volver a adoptar medidas neoliberales. La institucionalidad
junto con las políticas económicas en todos sus ámbitos de la organización del Estado deben
adaptarse para promover una economía sostenible y políticas de empleo que garanticen la
justicia y la prosperidad para todos los bolivianos.
Bibliografía
Molina, F. (1994). La nueva política económica en Bolivia. Editorial Plural.
García, A. (2010). El Estado en Bolivia: Entre la crisis y la transformación. PIEB.
Arze, C. (2020). Bolivia en el siglo XXI: Economía política y desarrollo. CEDLA
¹Este texto representa una reflexión personal del autor. Las ideas, argumentos y conclusiones aquí expuestos no
comprometen la postura de “Propuestas en foco” ni a ninguna entidad u organización vinculada.
²Politólogo, egresado de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).
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